- Debes conocer tu cabello y qué tan expuesto ha estado a químicos anteriormente, esto es importante a la hora de elegir el tinte, ya que la calidad hará que no maltrate tanto tu cabello, que el tono quede lo más cercano al que tu deseas y que no tengas que hacer muchas aplicaciones para lograrlo.
- Elige la cantidad adecuada dependiendo el volumen de tu cabello, si te falta no lograrás el tono deseado, o bien, si te sobra, tendrás un desperdicio innecesario.
- Cuando aplicas un tinte en casa, debes considerarlo para mantener el tono que traes en el cabello o modificar dos tonalidades arriba o abajo; pero si quieres una modificación drástica, sobre todo en tonos muy claros, es mejor que esperes a ir al salón, ya que requiere de decoloraciones que si no las hace un experto puedes dañar tu cabello.
- Aplica el tinte en el cabello sucio, ¡tal como lo lees! La grasa acumulada funciona como una capa protectora para evitar daños en el cuero cabelludo.
- Prepara el lugar ideal en tu hogar para aplicarlo, cubre los espacios como alfombras o mesas que puedan mancharse y procura utilizar prendas en mal estado para que si se manchan no te duela.
- Coloca bálsamos en la zona de la piel donde pueda caer el tinte, esto a fin de evitar te quede manchada, las zonas de riesgo son la frente, orejas, cuello y nuca. No olvides hacerlo con guantes, de lo contrario tendrás una batalla campal para quitar los residuos.
- Ten a la mano un kit para la aplicación: peine para manipular el cabello, un tazón para mezclar, brocha, agua oxigenada, un reloj para contar el tiempo, gorro de cabello y unas pinzas sujetadoras.
- Aplica el tinte desde la mitad hasta las puntas con abundante mezcla, luego envuelve las zonas con pintura en plástico y si gustas, utiliza calor para acelerar el proceso.
- El tiempo es primordial, cuida no excederte ya que puede llegar a quemar y no olvides lavar con abundante agua.
No poder ir al salón no es pretexto para no lucir hermosa, cuídate y no olvides quedarte en casa.